En la orilla de Ekeberg.
“Caminaba con dos amigos por la carretera; entonces se puso
el sol. De repente el cielo se volvió de color sangre y me sobrevino un
sentimiento de tristeza. Un angustioso dolor me oprimía el pecho. Me detuve y
me apoyé en la barandilla, increíblemente cansado.” “Sentí el grito inmenso e
infinito de la naturaleza”.
El Grito. Munch.
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