Conclusiones



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Fantasía del Enigma

1 comentarios:

Anónimo dijo...

De la gran fantasía a la milésima fantasía
Cuando el bueno de D. Quijote de la Mancha dijo a Sancho: –“Con ellos hemos topado.” ¿Topado?
Llevaban ya muchas aventuras juntos, hidalgo y escudero y la frase célebre del Caballero D. Quijote: “Con ellos hemos topado “, más o menos, viene de un ceremonioso y controvertido encuentro con “La Santa Hermandad “. Pues queriendo quitar el yugo a unos cautivos procesados, estuvo a punto de ser fatal para D. Quijote y sufrir todavía mayor descalabro, siendo para él, sólo cautivos, los presos y antojos de los oficios de la Santa Hermandad.
Aun le quedaría al bueno de D. Quijote antes y después de lo de la “Santa Hermandad” mas rencillas, como escribió D. Miguel y era qué después de mucho andar y al fin volvieran con derrota al terruño del idealista y de su escudero, allí le esperaban un triunvirato de conspiradores: El cura, el barbero y la sobrina del famoso Hidalgo.
Puede que a D. Alonso Quijano le cayese mal el barbero, no sabemos, pudo disimularlo. Quizás -decimos, pues las estropajosas barbas del hidalgo no eran cosa ganancial del barbero y también no sabemos, si hubiera tomado a mal el rapador las barbas y que en vez del casco llevase una bacía de su oficio para más burla de su profesión. Igual si igual no, decimos. Pero el barbero sí que era de esa terna conspiradora.
Creemos que el cura no cabía en sí de tener que soportar el escándalo en forma de chismes y morralla, desde aquello ocurrido con los molinos de viento. Quizás sólo quizás, decimos. Le daba miedo el hidalgo no sea les tomase por gigantes saliendo de la espigada iglesia con su repiqueo y les hiciera una de sus justicias equivocadas como la noticia que llegó hasta allí de su enfrentamiento con la Santa Hermandad y los molinos de viento
No nos puede quedar fuera, la sobrina, tercera en discordia, que hoy día eso pudiera ser manejos de una moderna estratega para llevarlo a la cordura; es decir, no sea que el descabezado tío dejase los dineros a alguna dulcinea.
En cuanto al ama de la casa. Quién sabe? Ya que fue ella quien quemó los libros del Caballero.
JCP