Quizás sea el mayor insulto jamás pronunciado… INCOMPETENTE.
En los tiempos de los últimos tiempos de los que partimos a la hora de estar
aquí, y ahora, hoy, en este momento, por ejemplo, escribiendo… Yo esto lo he
dicho, lo de “incompetente”, bueno, lo he soltado, más bien, así en plan…
insulto. Ningún ánimo de faltar al respeto a nadie. Es como cuando hablas mal
de alguien y resulta que llega a oídos de ese alguien y, al fin y al cabo,
esperas que fueran comprensivos contigo porque estaba claro que si por una
misma fuera le ibas a llamar INCOMPETENTE a la cara. No sé qué he dicho hasta
ahora… Quería decir, que, cuando he dicho INCOMPETENTE, es porque lo quería
decir, y cuando lo he dicho cuando no debía, es cuando no debí decirlo… Quien
dice incompetente, dice mala persona, inútil, y todo junto. Ser lo peor se puede decir porque la justicia
te puede y se llama de dos formas: Por ignorante, o tonto, o por maldad, o cero
consciencia. Imagínate si todo se confunde. En cualquier caso, y salvo
consecuencias, da igual ser ignorante, o malo. Es la idea. Pero no lo es, por
eso digo ahora mismo, quién me inspiró, en esta incompetencia sin una gran consecuencia…
Es por todo lo que todo sentí, pensé, y me fasciné, en el cine… cine. CINE, y
se me olvidó lo de incompetente… y lo traigo, lo traigo porque al escucharlo y
verlo, lo sentí. Me creí en la razón de insultar a cualquiera, y siempre me di
cuenta de que yo tenía la razón. En esos trabajos de mierda, en esos trabajos
geniales rodeada de gente de mierda, y en esos trabajos fabulosos rodeada de personas
ideales con valores y principios de mierda. Incompetente país y vergüenza… Así
existió y miren ustedes si esto sigue sucediendo…
Goya a Karra Elejalde por cura colega ideal, a Javier Gutiérrez Álvarez por actor principal potente, y a Álvaro Cervantes por revelación y desvelación.
Making off
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