Escribe que el mundo se acaba, y compártelo: Un homenaje al #blog (2010-2020)

 

   Como blog que se precie, desde por allá 2010 de su creación, han pasado ni más ni menos que una década, ¿te puedes creer?... En todo este tiempo, ha dado tiempo, valga la redundancia, de dejar de escribir, y retomar, y pasar, y volver, y abandonar, y revivir, y romper, y recomenzar, y desisitir, y resoñar, y olvidar, y seguir, porque si algo te gusta, pasa a ser "te gustaba", porque a todo presente le llega su pasado (esto es frase total, se me acaba de ocurrir, me la apunto, ves? eso es un blog!), y te va a volver a gustar si te gustaba mucho..., así es que, contra viento y marea que aplicaría al mundo tecnológico éste que me da más disgustos que puestos de trabajo (literalmente), con la imposibilidad de resolver qué ocurre a mi blogger que no deja dejar comentarios, lo más que puedo hacer es daros las gracias durante este tiempo de vuestros correos electrónicos, al fin y al cabo, ésa era la idea, un blog es eso, un cuaderno a modo de diario, donde conectarnos y contarnos, y con el valor añadido del "SIN FILTRO", lo cual a mí me resulta muy fácil, y eso que vivo preocupada por mis declaraciones y discursos públicos que básicamente te abren o cierran puertas, así de sencillo (ya me lo dice mi padre, "hija, no te vayas creando enemigos, no lo hagas, en serio", mi padre un sabio). Por eso, no hay más que agradecer a aquellas personas que te consideran ideal para transmitir una actitud que raramente puedes encontrar precisamente por esto, por esos convencionalismos que yo lo llamaría web, ¿cómo te quedas?, venga, blog vs web, ay!, un homenaje al blog que para eso nos lanzamos a la piscina, somos pioneros y pioneras de un formato intelectual, emocional y social fundamental, oiga. Viva el blog ;-)