No es indisciplina, es lo que se vive

Por lo que a mí me ha podido gustar esta película, espero que tengáis la ocasión de
verla alguna vez. “Otro país”, lo único que se puede hacer es recomendarla. Ni siquiera después de verla podríamos comentarla, sólo nos quedaría mirarnos a los ojos y esbozar una pequeña sonrisa de complicidad, de que, es que, ninguno de nosotros lo hubiéramos hecho mejor que el personaje de Rupert Everett en la historia que nos cuentan. Los años que corresponden a la edad a la que tiene lugar las vidas reflejadas en esta película, jóvenes, estudiantes, además de estar hablando de un determinado momento de la historia (siempre es así), ni siquiera lo que se vive son aprendizajes, sino el ensayo de lo que vas a tener que aprender, porque es con lo que te vas a encontrar. Quizás más vale que el ser humano se exprese en la juventud, porque luego simplemente harás lo que corresponde. Quizás más vale llorarlo todo en esos años, porque luego las lágrimas sólo empañarán la visión correcta de las cosas. Y, precisamente, son en esos años cuando todo más duele, todo más decepciona, todo más es más intenso, todo más tiene un sentido. Más vale que sea así, que ese joven se haga mayor, pero que permanezca siempre en tu interior, va acabar saliendo cuando alguien te pregunte sobre tus recuerdos de juventud.