
VIVALDI
Quieras que no, el 31 de diciembre, de cualquier año, no es un día cualquiera. Por eso se celebra, a ver, el día 1 de enero es fiesta, fiesta que empiezas el 31, y con eso de las uvas, se hace día 1, y con eso de la celebración, también es verdad que el día 1, ni existe, te lo saltas, yo misma: hubo un tiempo en el que el día 1 de enero me lo pasaba durmiendo, como consecuencia de dicha fiesta por dicha fecha, pues que me despertaba el día 2. Con los años, es posible que el día 1, bien temprano, estés paseando a tu perro, comprando la prensa (ah, no, que no hay prensa), en fin, un día más. Pero, no es un día cualquiera. No en todos los días empieza un año nuevo. Es una organización del tiempo, como cualquier otra. En realidad, no se viven años, se viven “x” años. Décadas, como lo que nos va a pasar ahora. Y meses, vamos, el día 1 de cada mes, debería ser fiesta, es un mes más! sobre todo cuando vives en pareja, jejeje (eso de aniversario ya no es nada práctico). Y días, aunque, realmente, lo que vivimos son segundos. Si la vida la puedes perder en un segundo, eso es que la vida se vive por segundos. A ver, un segundo, estábamos hablando del 31 de diciembre. Pues eso, cualquier celebración es bienvenida, eso sí. Puestos a otorgarle trascendencia al asunto, que sea para bien. Es un año más de muchas cosas. Si nos tocó la lotería de seguir viviendo, cada día lo vamos a vivir sabiendo que tenemos un montón de propósitos dispuestos a que nuestra voluntad los atienda. No es porque comienza un año nuevo, que ahora sí es la redefinitiva. Lo es, cada día que nos lo propongamos. Nos vale incluso las fechas. Utilizamos las fechas, los años, para recordar, y sin querer recordar, no olvidamos, es decir, nunca nos hizo falta una fecha para recordar lo que sabemos. Lo que vives cada día, es de lo que te acuerdas. Por eso, puede parecernos un día cualquiera, pero, ningún día lo es. No hay dos días iguales, por mucho que lo parezcan. La rutina, es un estado mental, jejeje. Es que hace poco, no sé dónde dije que la alegría era un estado mental. Supongo que fue aquí, en el blog, pero como ya me pongo a escribir así ala ala, pues ya no sé a quién le debo las palabras. Total, sigo siendo la misma, no os creáis que, cuando escriba el co-guión de la próxima peli de mi gran amigo cineasta, eso vaya a hacer que me suba la espuma a la cabeza, cuando yo, lo que bebo, lo que no tiene es precisamente gas... Yo, que me conozco, de toda la vida, pues tampoco me hace mucha ilusión saber de mis propósitos. Es más, uno de ellos es conoceros a vosotros. Esto no es un periódico, mirad que os lo digo, esto es interactivo como la lavadora. Hay un botón que es “comentarios”, y es momento de RECORDAR propósitos. Vale, sí, deseos, u objetivos. Seguramente, el concepto (constructo) que vayamos a elegir, signifiquen la distancia de dicha idea con la fantasía, y con la realidad. No es lo mismo decir deseo, que objetivo. Nos va a dar igual, muchas de las veces, no va a depender de nosotros que nuestras voluntades tengan lugar, así que, por qué no, soñar, despierto. Aquí, en comentarios, lo podéis hacer. Ya me gustaría a mi que este blog fuera una lámpara maravillosa: para el 2011, esto, esto y lo otro! deseo, deseo, deseo concedido. Sí, hay que tener las cosas claras, por ahí hay que empezar. Pero, quién no las tiene? Sabemos, todos, porque todos somos psicólogos de nosotros mismos, que sabemos bien lo que no queremos. Como psicóloga, no voy a poder evitar tratar de transmitir que, lo que hay que saber, es lo que se quiere. El truco del almendruco es que, saber lo que no quieres, ok, ayuda, pero para no hacer, no implicarse, no aceptar, no querer, no mirar, no escuchar, no participar. De esta forma, no es no vivir? Por eso, lo que hay que hacer (lo que es aconsejable), es tratar de averiguar lo que quieres, conseguir. Personalmente, porque me pasa, a mi lo que me hace gracia es ese pensamiento, o esa creencia, de que, si lo deseas mucho, lo consigues, o la idea de obtener lo que quieres. Claro, eso es lo que voy a hacer yo cuando me coma las uvas, un deseo por uva, toma ya! Si en el 2011 logro 12 objetivos, ya puedo flipar en colores... Que sí que sí, que dependerá de mi. Pues eso estoy diciendo. Pero es que, también estoy diciendo que, no todo, no la vida y sus bosques que no dejan ver el árbol, o sus callejuelas de calles sin salida, o sus síes pero noes, o sus nadas que no es lo que parecen, o sus cabras que tiran al monte, o sus castillos en el aire, van a hacer que mis deseos, para el 2011, es que, los voy a desear en el 2012, si sigo aquí. También dije en algún momento, que el 2012 es el año del fin del mundo. Ay, no sé, hace tiempo que lo escuché en algún sitio, y es que un meteorito, o una estrella, se iba a estrellar contra nuestro planeta. Va a ser que nos queda un año para hacer todo lo que llevamos tiempo proponiéndonos! En fin, si va a ser el fin, también podemos conformarnos: a ver si nos vamos a esforzar, para nada. Siempre, el esfuerzo, es para nada. Partiendo de ahí, es aconsejable esforzarse. Es mejor esforzarse, lo que no puedes hacer es desear, y que se haga realidad porque sí. El “porque sí” no es real. Las cosas pasan por algo: porque te esfuerzas, o porque no te esfuerzas, o porque da igual que te esfuerces o no. Se nos mezcló fantasía con realidad, deseos con esfuerzo, objetivos y logros, ahora que no es un día cualquiera.



Puede ser que, cuando uno va creciendo, si resulta que fuiste demasiado bueno, llega un momento en el que explotas y dices “hasta aquí”, o, que fuiste malo maloso, y el tiempo te calma, porque el alma pide tranquilidad. En realidad, los años cruciales son la infancia y la adolescencia, y esto lo sabemos los adultos. A menor edad, los de mayor edad son modelos a seguir, educadores de personas que buscan su camino. Quizá ocurra que los adultos también están buscando su camino, y no pueden ser ejemplo de estabilidad o madurez. Seguramente suceda así. Sin embargo, los jóvenes se van a fijar en lo que más conviene, no a ellos, sino a lo que el ser humano, por naturaleza, responde. Entonces, no importa las circunstancias, porque, en cualquier circunstancia, el ser humano busca y pretende ahorro de energía. En cualquier caso, luego van los seres humanos que son maduros, a no entender esto… El camino más corto es el camino que todos queremos. Pero eso no es madurez. Y no lo es porque la realidad es otra. Esto es lo que los maduros tratan de transmitir a los que aún no lo son, que la vida no es fácil y esas cosas, vamos, que la vida no es el camino más corto. Y quién habría de entender eso? a mí me cuentas que la vida no es fácil y podría o no escuchar, o no creer, vamos, lo que se suele hacer cuando no interesa lo que oyes. Es importante trasladar a los jóvenes que sí cuestan las cosas, porque cuestan. Para eso, hay que hacerlo, hay que contarle a la gente joven que las cosas se consiguen a la de mil, explicarles por qué se consiguen a la de mil, y entonces no escucharemos eso de la generación ni-ni, que por supuesto lamento que haya personas que hablen de eso, y porque, en todo caso, es el fracaso de los adultos, sería generación pero de adultos que no saben educar a sus hijos. Que tampoco tendrían por qué saber, la educación es un término muy amplio porque no sólo abarca a la familia, sino que también incluye la escuela, y a toda la sociedad en general. Depende de las enseñanzas que se promulguen en todos los ámbitos. Lo que ocurre, es que cada ámbito parece que tiene sus propias reglas, y hay muchas normas que coinciden, y otras que se contradicen. Por ejemplo, lo que se espera como comportamiento familiar, no es el que existe a nivel laboral. No es lo mismo una relación de glóbulos rojos que de contrato basura. No es lo mismo ser hermanos que compañeros de trabajo. No es lo mismo que seas un vecino xungo que aparca ocupando dos sitios en el parking del edificio, que ser el mejor en tu casa por hacer eso: en tu casa van a pensar que nadie te toma el pelo y que te comes el mundo, pero el vecindario va a pensar de ti que eres el egoísta del año. No son las mismas directrices, habría que empezar por ponerse de acuerdo en consensuar más aún lo que se espera de nosotros, los seres humanos, en todas partes, para no tener que ir contradiciéndose, caer en la incoherencia ni parecerle a uno que eres el más bueno del mundo y a otro el más malo del planeta. Es un consuelo que hay un determinado comportamiento que es el que constituye la teoría, pero es que, en la práctica, hay tantos comportamientos como entradas de blog que nos esperan por escribir…
Hablemos de ligues. No se puede ser más torpe que en este terreno. Puedes no saber de matemáticas, o de economía, o de política, porque en realidad nada de eso importa. Interesa si ligas o no. Independientemente de que tengas pareja, todo sea dicho. Ay, puedes tener pareja y seguir con el gusanillo de querer saber si es que aún sigues gustando: ya no sólo quieres saber si gustas a tu pareja, porque eso al final se convierte en algo que presupones (por eso sigue siendo tu pareja, porque se supone que le gustas), es que uno quiere saber si gusta, osease, ligar. Ok, es cierto que la cosa cambia: no es lo mismo ligar si tienes pareja que ligar si no la tienes. Si tienes pareja, si no se entera tu pareja que andas por ahí ligando, total, mientras ni consumas ni coseches, no estás haciendo nada malo, jejeje. Insisto, mientras no se entere tu pareja. Si se entera, ya la hemos cagao con los celos, o con los no celos: si corretean los celos, mal por celos, cuando todo fue superinocente, es más, aún te haces el extrañado si tu pareja se pone celosa porque tú te pusiste a ligar, sin quererlo, sin voluntad y sin darte cuenta: porque otra persona que no es tu pareja te haga gracia, vamos, eso nunca significó nada… Y si no corretean los celos, mal porque no hay celos, es decir, porque eres un palo que no te afecta nada y es que ni te diste cuenta de algo que ocurría delante de tus morros, porque tu mirada no está contaminada y es por eso que no ves “maldad” en que tu pareja ligue ante tus entrañas… En ambos casos, desaconsejo tener pareja, de esa forma, los celos, por su existencia o por su ausencia, no son un problema, y porque, sobre todo, cuando no tienes pareja sabes que puedes ponerte a ligar todo lo que quieras. A ver, si tienes pareja, pues ya está, pásate de bando, que quienes no tienen pareja quieren todo el rato estar en el otro bando…. Bueno, es un decir, porque haberlos haylos quienes son muy felices sin pareja y es que no quieren una relación de dos ni en pintura. Eso de comprometerse, de “pertenecer” a una sola persona, ni queriendo, que ya es decir mucho. Es que, si uno se compromete, es porque quiere, digo yo. Pero como creímos que era para siempre, pues ahí está el truco del almendruco. Comprometerse es lo mismo que decidir si lo que vives es conveniente. Y lo conveniente, son muchas cosas, porque la pareja son muchas cosas. Seguramente, y ya os lo digo, no vale guiarse por el amor y esas cosas bonitas, bonitas mientras no intervenga lo feo. Pero como lo feo existe, e incluso se inventa, puede acabar por convenir, y cegar, y no ciega el amor, sino lo feo, porque puede ser lo que convenga. Amar, ay, amar, eso sólo unos pocos saben lo que es… Ni siquiera la correspondencia en el amor es amor, sino que es corresponder en la convivencia. Resulta que el amor es que acabas conviviendo, no sólo con tu pareja, sino con el pack, o sea, todo lo que conlleva tu pareja, y hay quienes encontraron la manera de convivir, y me tendrán que explicar cuál es el truco del almendruco porque yo sé que yo acabaré conviviendo con tropecientos gatos, que el gato es el único ser viviente que me entiende, y al que yo entiendo. Entonces, el gato y yo nos amamos porque sabemos convivir, porque nos correspondemos, porque somos compatibles… Ideal. Además, mi gato siempre iba a entender que tuviera cada cierto tiempo un ligue nuevo. Qué novio iba a entender eso? Total, si ligase teniendo pareja, yo que soy tan maja, mi pareja iba a, bueno, experimentar cierto grado de celos, pero sólo unos pocos (la nada no existe ni en el espacio, la nada es tan insípida que sólo por eso desconcierta), porque celos de los muchos es la antítesis de la sensatez (los celos es una gran tontería). Pero lo suyo es ligar cuando no tienes pareja: eso sí que es ligar. Y cómo se liga? Como psicóloga, y como sexóloga, para más colmo, porque la psicología es el estudio del comportamiento humano, pero la sexología es el estudio del comportamiento sexual humano, pues imaginaos mi actitud de estudiosa ante el tema: vamos, pongo todos mis sentidos, para una tesis, y doctorado y cum laude! Y entonces ligar tiene que ver con la seducción, y como el comportamiento humano siempre tuvo que ver con las matemáticas (el comportamiento sexual también, jejeje), pues se me ocurre que además de las teorías sobre la seducción, también entra en juego el ajedrez. Cómo no, todo es ajedrez… para mí, claro, cada uno que entienda la vida como quiera. Y ligar es mover pieza. Entraremos en análisis en otra entrada de blog. Ahora mismo, me puse a bucear en la psicología del ligue en tanto que me llamó la atención lo torpe que se puede ser, y lo que esto puede preocupar. Pero esto sólo es un naufragio de entrada de blog. Hubo un tiempo en mi vida que pensaba que eso de “le gusto a alguien que a mí no me hace, y me gusta alguien que no me hace ni caso” era cosa de patio de colegio. Tengo unos años más, y sigo en el patio del cole.
Hoy se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. También podríamos considerar este día como un día ideal para seguir derribando molinos, o atravesar paredes, o reconocer perspectivas. Por eso, se me ocurre que lo mejor que puedo hacer es invitar a todo el mundo, internacional e interespacial, a ver la peli “La voz del interior”, traducción más o menos de “Music within”, también es verdad, pero la idea es ese interior, que se oiga, que se vea, que se toque, que se sienta, porque el silencio tiene un sabor amargo y huele a cerrado. De la película, aún me retumban estas palabras: “¿Qué ven los demás de las personas con discapacidad? Nada”. Es como para pararse a pensar por qué el ser humano vive de espaldas a cierta realidad. Seguramente, porque le da miedo. Llega un momento en el que se genera un círculo vicioso: el desconocimiento, hace que no sepas actuar, y ante la duda, el miedo te dice que mires para otro lado, y le haces caso porque, lo que ves, resulta demasiado complicado, por desconocimiento. Bueno, podría ser una explicación, porque construir barreras también debe de llevar su tiempo y exigir un esfuerzo, digo yo. O es que es más fácil no ver que ver? “No ver” conlleva un aprendizaje, una sensibilidad y una motivación que, por qué pesa más que el hecho de sí ver (porque está ahí, o es que no lo ves?), donde “ver”, conlleva un aprendizaje, una sensibilidad y una motivación, vamos, que lo mismo nos da “ver” que “no ver”. Pero el ser humano, no ve. El ser humano, bueno, algunos, conciertan un día en el calendario para ver. Hoy, tú que me lees, puedes ver la peli “La voz del interior”, o la puedes ver mañana, o pasado. Me parece una película adecuada en el sentido de que no es un pastelón, ni sensiblera, ni ná de eso, porque es que, tampoco hace falta abordar el tema de la discapacidad con una actitud comprensiva o algo así. Comprender sí, pero no en plan ay qué pena, o ay qué sensible soy si es que estoy concienciado con la causa… Qué causa? Y pena de qué? No es necesario ser especial para comprender que al ser humano le pasan cosas, y entre esas cosas, habrá de todo, lo hay, hay miles de formas de vida, y la capacidad o la discapacidad tienen que ver con la forma de vida que vas a llevar, porque no es lo mismo un cerebro que otro. Seguiré diciendo que yo formo parte del colectivo de personas con discapacidad, porque explícitamente no estoy capacitada para vivir en esta sociedad: Me va mal en el trabajo, porque la jefa de turno y yo tenemos filosofías diferentes, vaya por dios; en mi comunidad de vecinos, porque aquí no hay quien viva, siempre; con el novio que me eche, porque suele ser rana, Cupido haciendo de las suyas; con las amistades, seguro, porque la amistad es una decepción en potencia, je; en la familia, pues que eso de los glóbulos rojos, yo los veo azules, que será un nuevo tipo de daltonismo. Y, sobre todo, me siento discapacitada en tanto que no comparto, y por consiguiente, no me adapto, a una realidad que, por ejemplo, etiqueta a las personas, que soy psicóloga, o bueno, soy psicóloga de las que no etiquetan, cada maestrillo con su librillo. A ver, como psicóloga, entiendo la etiqueta porque entonces es como que hay una consideración a determinado colectivo. Voy a contaros una experiencia personal, aunque también es verdad que yo aquí todo lo que cuento es personal, pero también profesional, por supuesto, se mezcla se mezcla! total, precisamente, es que ahora mismo mi ámbito laboral tiene que ver con la discapacidad (era una adivinanza muy fácil de plantear en qué me encuentro trabajando ahora, cuando va y me pongo a hablar sobre la discapacidad propiamente dicha, ay, uno habla de lo que le pasa). Resulta que tratando de encontrar aparcamiento en técnicamente zona de minusválidos, yo que iba acompañada de alguien técnicamente minusválido, va y cuando aparcamos, va y me pregunta “¿es que somos minusválidos?”, y una que es como es, pues me reí, a ver! Vale, sí, lo mío no es técnicamente discapacidad, porque la que es rara, es rara, que no es lo mismo, pero vamos dilucidando diferencias, para quien etiqueta. Y entonces es verdad que, después de reír en tanto que técnicamente, después de mi profesión frustrada de pianista, fue la de humorista, y entonces me hice psicóloga, va y es que le expliqué al chico por qué aparcábamos ahí, y que al fin y al cabo, resultaba guay que existiera una zona nuestra para aparcar. Lo peor de ser discapacitado, es cómo te tratan los demás.
Me gusta esta peli, Dogville, de Lars von Trier, no sé si es porque seguramente parece una mezcla entre obra de teatro y película propiamente dicha. Lo es, es un mix, por eso es rara, y por eso no todo el mundo acaba por verla. Pero sólo es una historia que se cuenta, y entonces, seguramente, es la historia que se cuenta lo que me gusta. Y aún, es la historia que se cuenta que me veo en esa historia. Realmente, si cualquiera de nosotros aguantamos un poco en cómo se cuenta la historia (es verdad que es rara, es teatro en forma de cine, pero viva lo diferente), el cuento que nos cuentan, lo hubiéramos contado cualquiera de nosotros. Vale, no sé si cualquiera de nosotros, sólo la entendemos quienes nos sentimos fuera de lugar. Pero seguramente, somos cualquiera de nosotros que nos hemos sentido alguna vez así. Sólo por eso, ahí va mi invitación a ver esta película, a sentirla, a ponernos en el lugar de Nicole Kidman, profunda y divina y, sobre todo, a que seguramente hubiéramos acabado alguna vez con el pueblo ese de Dogville donde vivimos, porque nos sentimos "extranjeros". También es cierto que yo tengo una relación con mi padre tal y como se refleja en la película. Por eso, el cine, en tanto que es una y mil historias que visionamos, alguna peli acaba por adivinarnos lo que vivimos sin ser una película. Y es por eso que la realidad supera la ficción. Como para deshacerse de todos como ocurre en la película.
Hoy se celebra el Día Mundial del SIDA, y conocer qué es el SIDA, cómo se adquiere, cómo se transmite y cómo se puede prevenir formaría parte no sólo de lo que, como sexóloga, llamaría Educación Sexual, sino que se incluiría en alguna asignatura denominada Educación para la Salud, pues dicha enfermedad no sólo se transmite vía sexual. Tiene que ver con la salud, pero no sólo con la Salud Sexual. Asociar SIDA con sexo es sólo hablar de una parte, y sería reducir la información, además de que dejaría al sexo en muy mal lugar… Entonces, tendríamos que decir que es como todo, es decir, todo lo conocido en el planeta, conlleva unos riesgos, por lo tanto, el sexo no lo iba a ser menos; el sexo tiene sus riesgos, si se lleva a cabo sin tener en cuenta esos riesgos. Si el sexo, por ser sexo, es pecado, es malo, y se asocia al SIDA, entonces sería lógico lanzar mensajes negativos, pero, como el sexo ni es pecado ni malo ni es lo único asociado al SIDA, habría que comunicar, para ser más exactos, que, con lo que hay que tener cuidado es con los riesgos, no con el sexo. El sexo practicado con seso, es tan saludable como comer sólo una onza de chocolate, no toda la pastilla de chocolate… o comer una determinada cantidad de huevos a la semana: si comes más, ea, colesterol, y ninguno de nosotros queremos tener el colesterol malo alto, verdad? y el huevo se sigue recomendando, porque es el alimento proteico más completo (una, que es sexóloga pero también con mi curso de nutrición humana, a ver, será por cursos!). Por lo que nos toca aquí en el blog, aquí en Internet, hay un montón de webs sobre SIDA, vamos, y sobre sexualidad y sobre un montón de cosas. Es por eso que yo soy la antítesis, porque, podría confeccionar el blog a modo de información sobre sexualidad, pero ya os habréis dado cuenta de que no lo he hecho así, pero por supuesto, si alguien quiere información específica sobre algo, se la puedo dar, no hay más que dejar mensajito. Sin embargo, va siendo que me pareció más interesante simplemente crear entradas de blog e invitar a comentarios no tanto de información pura y dura, sino más bien transmitir actitudes, así, claramente, que se corresponde con lo que siempre está ahí pero no es tan obvio. No es lo mismo ser una enciclopedia, que ir comentando la enciclopedia. Ese sería nuestro caso, que comentamos. De todas formas, para argumentar la posición de este discurso, efectivamente, citaré algunos aspectos sobre el SIDA. La diferencia entre VIH y SIDA, es que el VIH es el virus de inmunodeficiencia humana, y SIDA es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. El SIDA es la manifestación del VIH. Una cosa es la infección y otra cosa es la enfermedad. Si hay infección, es importante saberlo porque ya podemos actuar. Que luego sobrevenga la enfermedad, significa que una vez que se manifiesta el SIDA, lo que te pasa es que tu sistema inmunológico se debilita, y quizás sea una gripe quien te lleve al otro barrio. Actualmente el SIDA es una enfermedad crónica, es decir, que te toca pasarte el resto de tu vida consumiendo fármacos, y que no tienes por qué morirte. Esto es un avance, por supuesto. Pero la cantidad de fármacos que tienes que tomarte es como para llevar un maletín, aunque también esto es cada vez menos así, y los efectos secundarios, no son secundarios, son principales… He podido oír cómo se dice por ahí que el hecho de que ya no sea una enfermedad terminal hace que la gente se relaje. Y digo yo, que saber que tienes el SIDA no sé a quién puede relajar… Incluso una vacuna, puff, eso sí que iba a relajar… Insisto, no sé a quién. También es verdad que no es lo mismo una enfermedad crónica, donde la industria vende fármacos crónicamente, que una vacuna, donde quedas, precisamente, inmunizado, y no hay virus que nos haga nada… Sí se venderían muchas vacunas, sobre todo si nos dijera Sanidad que es que hay que vacunarse por ley, que aún habría más moral ahí que en dispensarnos crónicamente los medicamentos para los síntomas que van apareciendo en la enfermedad. Yo misma puse aquí en el blog información en relación a lo cerca que se está de una vacuna para el SIDA. Otra cosa es que se haga realidad. En fin, a quienes cuya actividad laboral tiene que ver con este tema, los demás lo único que nos queda es confiar en que el ser humano sea capaz de descubrir una vacuna que sería un hito en la historia. Ya sólo por eso, vale la pena investigar, y rezar por que el milagro tenga lugar. Es mejor contar que el ser humano descubrió la vacuna contra el SIDA, que no contarlo. Eso, nos tiene que quedar claro, independientemente de la Economía. E independientemente del mensaje de la Iglesia… A ver, la Iglesia puede opinar, como lo hago yo, vamos, yo ya puedo dar gracias a Dios de poder opinar, distinto, así que, por qué no iba a hablar la Iglesia? De verdad, parece que me pase algo con la religión, en concreto, la que viene siendo la mayoritaria aquí en España, pero en realidad, joer, hablo bien de ella! Personalmente, tengo fe, en quién? pues en los humanos que tienen fe en Dios. De hecho, creo que el Papa piensa como yo, pero se hace el interesante, jejeje. Entiendo (yo, que lo entiendo todo), que el Papa trate de mantener un discurso que es el que le toca proclamar porque es el Papa. Es como cuando uno es jefe, tiene que ser incomprensivo porque es jefe, o sea, un jefe no va a valorar tu trabajo, lo que hará será ser jefe, es decir, actuar sobre todo con frialdad y sin piedad, ya ves. Pues lo mismo le pasa al Papa. El puesto determina bastante, jejeje, es lo que se espera de uno. Oye, no debe ser fácil. Cuando el Papa habla, tiene a todo el mundo ahí analizando cada palabra. Eso vamos a hacer ahora, ole ole. Pude leer en un periódico que en palabras del Papa, decir “no” al condón es una irresponsabilidad, versus “comportamiento sexual responsable”. Pues no acabo de decir que el Papa opina como yo? ni que el Papa hubiera estudiado dos años de Sexología. Ay, siempre lo diré: no hace falta estudiar un master para ser coherente, estudiar sirve para decir que teóricamente has de ser coherente (otra cosa es que lo seas) y para tener un papel que diga que sabes del tema (otra cosa es que sepas). Y entonces la Iglesia promulga la siguiente iniciativa: abstinencia o castidad, fidelidad, y condón o preservativo. La abstinencia o castidad suena como muy a Iglesia, de toda la vida; la fidelidad, que alcen la voz quienes creen que eso es imposible, sobre todo, hasta ahora, los hombres, que alguno hay que cree que el género masculino es infiel por naturaleza (porque tiene que estar echándole el ojo a todo lo que se menea no vaya a ser que tenga que colocar su simiente en todas las féminas del planeta), y la utilización del condón, en eso, el Papa y la Sexología coinciden. El condón es la herramienta de elección tanto para lo que vamos hablando, es decir, el VIH, como para cualquier otra infección que pueda transmitirse vía sexual, así como para la prevención de un embarazo que no se quiera adquirir… No siempre hay que estar procreándose. Precisamente, la inteligencia humana tiene que ver con actuar sobre la naturaleza. La ley de la naturaleza dice que si mantienes relaciones sexuales interpretadas a modo de coito vaginal, hay posibilidad de procrear, y entonces el ser humano, que es más listo, va y descubre una funda que lo evita. Existirá el placer de mantener el coito sin que exista la posibilidad de procrear. Eso, se llama inteligencia. Así, es el ser humano. Decir otra cosa es decir que cada uno haga lo que quiera. Sabiendo, es decir, contando con la información, ES DECIR, teniendo la información a nuestro alcance (la Educación), cada ser humano elige lo mejor para cada ocasión que nos ofrece la vida. Ahí, digo yo que la Iglesia, la industria farmacéutica, y cualquiera de nosotros, entenderemos que el ser humano es diverso, que opciones hay mil, y que riesgos van a haber siempre. Desde aquí, lo único que puedo decir, es que, es verdad que a la Iglesia le interesa una cosa, que a la industria otra, y que a mi, como empedernida “estudiosa”, otra. Pero lo esencial es reconocer qué es lo que le interesa al ser humano.

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